Dirofilaria

¿En qué consiste?

La Filariosis canina se define como la patología causada por la infestación por Dirofilaria Immitis. Puede afectar a perros y gatos y se contagia a través de la picadura de un mosquito que previamente haya picado a otro animal infestado. En la picadura se inocula la larva, más conocida como microfilaria.

La microfilaria no causa apenas síntomas en nuestras mascotas, pero cuando crece puede alcanzar los 15-20cm de tamaño y migra hasta llegar a su localización definitiva: las arterias pulmonares y posteriormente, el lado derecho del corazón. Sin embargo, cuando hay una gran carga parasitaria, los gusanos pueden afectar también a riñones, hígado u otros órganos.

Ciclo biológico de Dirofilaria Immitis en el perro

¿Qué síntomas produce?

Cuando los parásitos son adultos, al localizarse en las arterias pulmonares, pueden producir problemas respiratorios. Los síntomas más comunes son: tos, cansancio, jadeo y en estados más avanzados, intolerancia al ejercicio, dificultad respiratoria e incluso pueden comprometer la vida del paciente. Esto se debe a que los parásitos pueden causar tromboembolismos e hipertensión pulmonar, así como problemas en el corazón que cursen con ascitis o derrame pleural.

¿Cómo la diagnosticamos?

El diagnóstico de la filariosis canina depende del estadio de desarrollo en el que se encuentren los parásitos. Cuando producen síntomas, casi siempre han alcanzado la edad adulta, y para ello disponemos de test rápidos en sangre que detectan el antígeno de las hembras adultas. Además, en cargas parasitarias altas se pueden obtener muestras de sangre periférica y poner una gota directamente en un portaobjetos y, mediante el microscopio, en muchas ocasiones, podremos visualizar las larvas o microfilarias con facilidad.

Existen otras pruebas fundamentales para valorar el daño pulmonar y cardíaco causado por las filarias. En las radiografías torácicas podremos observar un característico patrón vascular arterial y, en ocasiones, neumonía intersticial. Además, mediante ecocardiografía se debe valorar la presencia de hipertensión pulmonar, y en muchas ocasiones podremos observar los adultos en la arteria pulmonar o en cámaras derechas en estados muy avanzados. Las analíticas de sangre también son fundamentales para descartar insuficiencia renal o hepática, ya que pueden ser causadas también por la filaria.

¿Cómo podemos tratarla?

El tratamiento depende fundamentalmente del estado del paciente. Si el paciente presenta síntomas leves, se debe instaurar un tratamiento médico guiado por el consenso publicado por la American Heartworm Society. En él, se indica la necesidad de tratar las larvas y los adultos por separado. En primer lugar se debe tratar la Wolbachia, una bacteria simbionte del parásito que es en gran medida causante de la neumonía intersticial que produce el parásito. Más adelante se inyectan varias dosis de Melarsomina vía intramuscular, que es el antiparasitario eficaz ante el adulto. Se debe hacer en un ambiente hospitalario y mantener hospitalizado y monitorizado al paciente las 24-48h después de la administración. Mientras tanto, se deben administrar antiparasitarios convencionales que cubran las larvas.

En pacientes con infestaciones severas y presencia de adultos en el corazón, también está indicado el tratamiento quirúrgico, en el que se extraen mediante terapia endovascular, los adultos alojados en el corazón para reducir la carga parasitaria, y posteriormente administrar los medicamentos.

El pronóstico en pacientes con síntomas leves es favorable, aunque pueden quedar algunas secuelas pulmonares o cardiacas. En pacientes graves, el pronóstico es reservado, variando en función de la carga parasitaria y pudiendo ser grave si la carga es alta y hay afectación multiorgánica.

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