Hipoalbuminemia

Introducción

Se conoce como hipoproteinemia a la disminución de albúmina, globulinas o ambas. Esta última situación se denomina panhipoproteinemia.
La panhipoproteinemia se da en diversas situaciones como hemorragias, pérdidas al espacio vascular (vasculitis, pleuritis o peritonitis) o enteropatías perdedoras de proteínas.
La hipoglobulinemia es muy poco frecuente. Puede aparecer en síndromes de inmunodeficiencia hereditaria o de manera fisiológica en perros de trineo. También se puede deber a aumento del catabolismo proteico (hipertiroidismo, cáncer, etc.), pero estas causas también pueden disminuir la albúmina.
Como dato curioso, los galgos pueden evidenciar una diminución de las proteínas totales por el tipo de raza.

¿Qué es la Albúmina?

La albúmina, coloide natural, es la proteína más abundante en el organismo. Entre sus funciones destaca regular el equilibrio hídrico así como la presión osmótica coloidal, distribución de sustancias, transporte, conjugación y eliminación de metabolitos.
La albúmina es también conocida como una proteína de fase aguda negativa. Esto quiere decir que forma parte del grupo de proteínas que disminuyen más en estados inflamatorios. En los casos en los que existe una hipoalbuminemia asociada a un componente inflamatorio suele ser de grado leve (<30% del valor normal del paciente), por lo que una disminución más marcada deberá de llevar consigo una investigación de otras causas.

¿Qué signos están asociados a la Hipoalbuminemia?

La hipoalbuminemia, se define como una albúmina sérica de menos de 3,0 gr/dl, sin embargo, en la mayoría de casos, la sintomatología clínica no suele ser evidente hasta que los niveles se encuentran por debajo de 2 gr/dl.

Signos clínicos (generalmente asociados a Alb <1,5 gr/dl):

  • Efusiones en cavidades: derrame pleural, ascitis y edema en regiones ventrales.
  • Coagulapotías (por pérdida de antitrombina III).
  • Retraso en la cicatrización de heridas.
  • Disminución de la unión a fármacos.
  • Incremento de la morbilidad y mortalidad.

 

¿Qué puede causar una Hipoalbuminemia?

  • Déficit en la producción por Enfermedad Hepática (alteraciones portosistémicas, hepatitis, colangiohepatitis, lipidosis, neoplasia o cirrosis). Será necesario realizar test de funcionalidad hepática mediante un estudio de ácidos biliares y amoníaco, pruebas de imagen (ecografía) e incluso en ocasiones biopsia.
  • Aumento en las pérdidas, ya sea a nivel digestivo o renal:
    • Enteropatía perdedora de proteínas. Se deben realizar pruebas para descartar intolerancias/alergias alimentarias, causas infecciosas (parasitarias, víricas y bacterianas), y alteraciones pancreáticas. Si todas estas pruebas son negativas, se debe tomar biopsias del aparato digestivo.
    • Nefropatía perdedora de proteínas. Generalmente asociado a glomerulopatías. Será necesario realizar pruebas de imagen (ecografía) así como UPC.
  • Enfermedades inflamatorias/ Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SIRS):
    • Pancreatitis, peritonitis, neumonía, neoplasia o golpe de calor.

 

¿Cómo podemos tratar la Hipoalbuminemia?

  • Tratar la causa primaria será el pilar más importante en estos casos.
  • Podemos aumentar la albúmina mediante Alimentación enteral/parenteral o Transfusión de Albúmina/Plasma Fresco Congelado (PFC).
  • En situaciones en las que nuestro paciente no coma, podemos utilizar los siguientes sistemas de alimentación:
    • Sonda nasogástrica. Procedimiento rápido y sencillo, que en muchas ocasiones, no necesita de la sedación del paciente. Se suele usar de manera intrahospitalaria ya que al tener un diámetro fino, puede obstruirse.
    • Tubo de esofagostomía. Técnica sencilla que requiere una anestesia muy corta y superficial. Los pacientes se pueden ir a casa con él, ya que el diámetro es mayor y podemos utilizar dieta húmeda. Además, podrán administrar medicación a través del mismo.
  • Transfusión de Albúmina/PFC: se realizará en aquellos casos en los que la hipoalbuminemia sea marcada (<1,5 gr/dl) y vaya acompañada de sintomatología (edema en extremidades, ascitis, o efusión pleural). Las fuentes de albúmina en perros incluyen la albúmina canina (no disponible en España), PFC y albúmina sérica humana. Se debe realizar una evaluación individual de cada paciente para decidir utilizar una transfusión de PFC o de albúmina.
    Es importante tener en cuenta que el volumen de PFC necesario para aumentar significativamente la albúmina en 1 mg/dl es grande (45 ml/kg) en comparación con el volumen necesario para corregir una coagulopatía (6 a 20 ml/kg). Esto suele tener un coste prohibitivo y aumenta el riesgo de sobrecarga de líquidos y el desencadenamiento de futuras reacciones a la transfusión
    En cuanto a efectos secundarios de la albúmina humana, en pacientes sanos, están descritas reacciones de hipersensibilidad inmediatas o tardías como urticaria, vasculitis, letargo y edema.
    En algunos estudios, se ha descrito el desarrollo de autoanticuerpos en perros que ya han recibido una transfusión previa, aumentado el riesgo de reacciones de hipersensibilidad tipo III. Sin embargo, en aquellos pacientes enfermos o inmunodeprimidos parecen estar menos descritos los efectos secundarios.
  • Tratamiento frente a una posible coagulopatía cuando los niveles son inferiores a 1,5 gr/dl. Está indicado el uso de Clopidogrel.
  • Si existe ascitis asociada, solo hay que drenarla si el paciente está incómodo y presenta dificultad respiratoria.

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