Cada vez son más las familias en las que conviven perros y gatos como animales de compañía. Si bien, cada especie tiene sus propias enfermedades y rara vez se pueden contagiar de unas a otras, la realidad es que existen ciertas patologías que el gato puede llegar a transmitir al perro, según señalan expertos del Máster en Bienestar Animal. Se trata en una situación que ha aumentado en los últimos años y existen determinadas pautas que podemos tener en cuenta para evitar este tipo de contagio entre nuestras mascotas.
Enfermedades transmitidas de gatos a perros
Aunque existen muy pocas enfermedades que se transmiten entre las mascotas, hay algunas que deberían preocuparnos si nuestro gato las contrae.
La dermatofitosis (tiña) es una enfermedad de los gatos que puede llegar a transmitirse a los perros e incluso a los propios dueños. Al tratarse de un hongo, las esporas están en el aire y podrían caer en la piel de los que comparten la casa.
Los parásitos como los Ascaris, Ancylostomas o Tritrichomonas pueden pasar a veces del gato al perro a través de las heces del gato. Los perros suelen interactuar con la caja de arena de los gatos cuando esta está a su alcance. Si su felino tiene un parásito y su perro se come sus deposiciones, siempre existe la posibilidad de que el perro también se contagie del parásito.
La sarna también es una enfermedad que puede transmitirse entre ellos. Está causada por ácaros que suelen ser específicos de cada especie, por lo que los ácaros que causan la sarna en los humanos son diferentes de los que causan la sarna en sus mascotas. Pero hay un tipo de ácaro de la sarna que puede pasar del gato al perro.
La rabia es un virus extremadamente peligroso que puede infectar a cualquier miembro de la familia, incluido la otra mascota. Suele transmitirse por mordeduras y arañazos del gato.
¿Cómo se puede tratar la enfermedad?
Como la mayoría de las enfermedades son específicas de cada especie, no suelen pasar de una especie a otra. Si su gato está enfermo y le preocupa que su otra mascota pueda contraer una enfermedad, asegúrese de hablar con un veterinario. Si el gato padece alguna de las enfermedades citadas anteriormente, como los parásitos, es posible que su veterinario quiera examinar a su perro mientras trata a su gato a modo de prevención o para evitar que la enfermedad empeore mientras se atienden.
Aun así, para la mayoría de las enfermedades comunes que pueden transmitirse del gato al perro, el tratamiento será muy similar para ambas especies.
¿En qué se parecen las enfermedades de perros y gatos?
La mayoría de las enfermedades que se transmiten del gato al perro se manifiestan de forma similar. Muchos parásitos pueden detectarse en las heces. También se pueden notar señales semejantes, como la pérdida de peso o el letargo. Los síntomas de la rabia o la sarna se asemejan en todas las especies que la contraen, incluso las infecciones bacterianas pueden mostrar signos comunes entre especies. Sin embargo, tal y como ocurre con las personas que pueden manifestar un resfriado común de forma distinta, es posible que los síntomas de sus mascotas puedan llegar a ser diferentes.
¿En qué se diferencian las enfermedades en perros y gatos?
Dado que la mayoría de las enfermedades son específicas de cada especie, es raro que se puedan llegar a presentar este tipo de transmisiones. Por ejemplo, la leucemia felina es algo a lo que su perro no será vulnerable. Incluso las alergias a los ácaros difieren entre especies, ya que no se producen por el mismo tipo de arácnido, salvo excepciones. Por ello, el mejor cuidado para todas las mascotas es la prevención, con la ayuda y orientación de un veterinario.
Conclusión
Aunque algunas enfermedades se manifiestan de forma similar en perros y gatos, no implica que se puedan transmitir entre ellos. Un ejemplo es la panleucopenia felina, que puede llegar a confundirse con el parvovirus canino por sus síntomas. Sin embargo, se trata de dos patologías específicas de cada especie y no se pueden contagiar de unas a otras. Por el contrario, las enfermedades mencionadas anteriormente en el artículo si son susceptibles de seguimiento, por lo que, si sospechamos que nuestro gato puede estar padeciendo alguna de las citadas, es importante acudir rápidamente a un veterinario.
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