Cardiomiopatía Hipertrófica

Hoy Blanca Gómez responsable de nuestro Servicio de Cardiología, nos habla sobre la cardiomiopatía hipertrófica

La cardiomiopatía hipertrófica es la afección cardiaca más frecuente en los gatos. Se produce una hipertrofia concéntrica idiopática del ventrículo izquierdo, y es fundamental que se distinga de las hipertrofias secundarias a otros procesos como hipertensión sistémica, hipertiroidismo, acromegalia u otras alteraciones como estenosis aórtica. Todos estos procesos inducen una hipertrofia secundaria a un aumento de la resistencia vascular, y se deben descartar en caso de existir hipertrofia ventricular. Una vez descartados estos procesos, se establece un diagnóstico definitivo de cardiomiopatía hipertrófica felina.

La hipertrofia principalmente va a afectar al ventrículo izquierdo, aunque puede afectar a ambos. Esto deriva en una disfunción diastólica, por lo que la relajación del ventrículo es ineficaz y se reduce el volumen sistólico y el gasto cardiaco. La presión del atrio izquierdo aumenta, y acaba produciendo dilatación del mismo, que conduce a insuficiencia cardiaca. Además, la hipertrofia dificulta la circulación coronaria y promueve la aparición de arritmias, lo que favorece la progresión de la enfermedad. Asimismo, la hipertrofia puede ser lo suficientemente severa como para producir obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo.

Fuente: https://ethicalbreeding.org/gatos/hcm-en-gatos-miocardiopatia-hipertrofica-felina

Historia y signos clínicos

Esta enfermedad afecta principalmente a gatos de raza Maine Coon, Ragdoll, Persa, Sphynx o Bengalí, pero los gatos común europeo también presentarla de forma frecuente. En los pacientes Maine Coon y Ragdoll está descrita la mutación del gen que produce la enfermedad.

La edad media de presentación es alrededor de 7-10 años, aunque puede presentarse en gatos jóvenes o geriátricos.

La forma de presentación es muy variable. Los pacientes sin insuficiencia cardiaca pueden presentar soplo o no presentarlo, pero es importante recalcar que hasta un 45% de los gatos pueden presentar soplos funcionales no asociados a patología cardiaca. En pacientes con CMH se puede auscultar soplo o ritmo de galope, pero la auscultación puede ser normal por lo que no debe descartarse el diagnóstico en ausencia de alteraciones en la auscultación. Otras alteraciones tempranas pueden ser taquipnea ocasional, síncopes o debilidad puntual, pero son alteraciones poco frecuentes.

La presentación clínica más frecuente está asociada a insuficiencia cardiaca, que se puede manifestar de varias formas:

  • Pacientes con dificultad respiratoria asociado a edema pulmonar o a derrame pleural por insuficiencia cardiaca izquierda. A diferencia de los perros que solo pueden presentar derrame pleural por insuficiencia cardiaca derecha, por diferencias en la vascularización de las pleuras, los pacientes felinos pueden presentar indistintamente derrame pleural o edema pulmonar por insuficiencia cardiaca izquierda. En estos pacientes encontraremos taquipnea o jadeo, cianosis, crepitaciones, distres respiratorio…
  • Pacientes con tromboembolismo aórtico como primer signo clínico. La dilatación de atrio izquierdo en felinos induce estasis sanguínea, que favorece la formación de trombos. Puede presentarse como paraplejia de extremidades posteriores o monoplejia de extremidad anterior derecha como primer signo clínico. Las extremidades no presentan pulso y se presentan frías y cianóticas, y se asocia a un intenso dolor del paciente. El pronóstico es reservado en estas situaciones, ya que si el trombo es completo la posibilidad de recuperación de las extremidades es muy baja. En algunas ocasiones pueden aparecer signos respiratorios a la vez que el tromboembolismo aórtico.

Diagnóstico

El diagnóstico definitivo, como se ha mencionado previamente, se realiza mediante ecocardiografía en la que podemos medir el espesor de las paredes ventriculares y estos se encuentran por encima de 7 mm. La cardiomiopatía hipertrófica felina puede manifestarse de forma simétrica (en ambas paredes) o asimétrica, e incluso de forma focalizada en una sola pared. Siempre se deben descartar las causas de hipertrofia secundaria para llegar a un diagnóstico definitivo. Además, mediante ecocardiografía también podemos medir las posibles consecuencias de la cardiomiopatía como la dilatación de atrio izquierdo, la obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo o la estasis sanguínea.

Vídeo y foto 1. Ecocardiografía en corte paraesternal derecho en eje largo de un paciente felino con CMH con insuficiencia cardiaca. Paredes del VI marcadamente aumentadas

Vídeo 2. Ecocardiografía en corte paraesternal derecho en eje largo de un paciente felino con CMH. Efecto Smoke marcado (autocontraste espontáneo)

La radiografía también es de utilidad para evaluar la presencia de derrame pleural o de edema pulmonar. En el caso de los pacientes felinos el edema pulmonar no aparece en la zona perihiliar, sino que se identifica como un parcheado intersticial/alveolar.

Radiografía LL derecha en un paciente felino con edema pulmonar por cardiomiopatía hipertrófica.

El NT-proBNP es de utilidad en el abordaje del paciente con disnea. Un resultado positivo no confirma enfermedad cardiaca, pero un resultado negativo de un paciente disneico descarta con bastante firmeza la presencia de una cardiopatía.

Tratamiento

El tratamiento dependerá de la fase en la que se diagnostique al paciente:

  • Si el paciente es asintomático y no tiene signos de insuficiencia cardiaca, únicamente se instaura tratamiento si existe dilatación de atrio izquierdo con anticoagulantes por el alto riesgo de tromboembolismo aórtico. El anticoagulante de elección es el clopidogrel a una dosis de 18.75 mg/gato/24h.
  • En pacientes con hipertrofia severa o en casos de obstrucción severa del tracto de salida, algunos autores recomiendan el uso de betabloqueantes (atenolol).
  • En caso de insuficiencia cardiaca aguda con presencia de edema pulmonar o derrame pleural, se recomienda hospitalización para instaurar oxigenoterapia, así como furosemida IV. Se debe utilizar con cautela, ya que los felinos tienen mayor riesgo de desarrollar insuficiencia renal. La sedación leve también está indicada y puede ser de gran utilidad. En casos de derrame pleural, la toracocentesis es la técnica de elección.
  • El tratamiento crónico incluye la utilización de IECAs (benaceprilo generalmente) además de la furosemida según la necesidad y clopidogrel.

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